
08 DE MARZO:
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
“Te doy gracias mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas”.
Juan Pablo II, Carta a las mujeres, 1995.
El 8 de marzo, de cada año, se conmemora el Día internacional de la Mujer. Dios ha creado al ser humano como varón y mujer: iguales en dignidad y diferentes para complementarse con equidad.
Cristo Jesús -Camino, Verdad y Vida, nos enseña actitudes concretas en la relación con la mujer: «En una época de marcado machismo, la práctica de Jesús fue decisiva para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible.» (Aparecida, 451). «La figura de María, discípula por excelencia entre discípulos, es fundamental en la recuperación de la identidad de la mujer y de su valor en la Iglesia.» (Id).
Sin embargo, falta mucho en nuestras sociedad y cultura, para que la mujer sea valorada y no quede sólo en el discurso y en la “celebración de un día”, sino que sea parte de la realidad de todos los días. Nuestra cultura sigue siendo machista, con muy variadas manifestaciones de violencia y marginación e hipocresía en contra la mujer.
Que esta fecha sea la ocasión para comprometernos a renovar actitudes y acciones concretas, en los diferentes ámbitos en que nos encontremos, para reconocer y valorar la dignidad y la participación de la mujer: En la familia, en la sociedad, en la Iglesia. «La sabiduría del plan de Dios nos exige favorecer el desarrollo de la identidad femenina en reciprocidad y complementariedad con la identidad del varón”. Aparecida (451-458).
Con estos antecedentes, como Pastoral Social Cáritas-Pastoral de la Mujer de Loja, estamos compartiendo, orientando y acompañando proyectos de desarrollo para la mujer, reconociendo su ministerio esencial y espiritual que lleva la mujer en sus entrañas: recibir la vida, acogerla, alimentarla, darla a luz, sostenerla, acompañarla y desplegar su ser de mujer, creando espacios habitables de comunidad y de comunión.» (Aparecida, 457).
El «genio femenino», al que se refería el Papa Juan Pablo II, se ha desplegado con gracia, delicadeza y eficacia: que los varones deben agradecerlo, acogerlo y promoverlo; a su vez, que las mujeres los hagamos valer, defenderlo y cultivarlo durante nuestra vida y lo dejemos como la mejor herencia a nuestro entorno familiar y descendencia.
FELIZ DÍA.



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